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Ya sea por motivos de estudios, diversión o negocios, trasladarse a otro ambiente implica cierto riesgo para todas las personas.
Por Redacción Fitness
Cada año, cientos de millones de personas se trasladan de un país a otro, cambiando su ambiente habitual, lo que representa algún tipo de riesgo de adquiri alguna enfermedad.
Las estadísticas no mienten, en 2016, por ejemplo, de mil 100 millones de viajeros en el mundo, el 10 por ciento requirió de una consulta médica durante su travesía, mientra que uno por ciento fue hospitalización, y 0.1 por ciento murió.
Son las enfermedades las dermatológicas, gastrointestinales y respiratorias las más comunes.
"La gente que viaja al extranjero comúnmente padece ciertas afecciones: en primer lugar, las dermatológicas, que incluyen picaduras de insectos que se complican (infecciones) por rascarse o por no lavarse bien", expuso Jorge Baruch Díaz Ramírez, responsable de la Clínica de Atención Preventiva del Viajero de la Facultad de Medicina de la UNAM. "Le siguen las gastrointestinales (las más frecuentes son las diarreas) y las respiratorias. A escala mundial, uno de cada 100 viajeros porta el virus de la influenza o está enfermo, por lo que es importante que, independientemente de la temporada, estén vacunados siempre que inicien una travesía; además, es cuatro veces más probable que un viajero de negocios enferme”.
Las enfermedades dependen del continente que se visite, ya que en Asia-Pacífico, es común adquirir la fiebre tifoidea o salmonelosis, aunque para ello existe una vacuna, pero que una persona la adquiera de otros aspectos.
"Cualquier persona puede tener ciertas afecciones, y después de éste es factible que se presenten otras, por lo que es necesario tener los debidos cuidados", aconsejó el experto. "Si el viajero sufre de hipertensión, diabetes, problemas con triglicéridos o una cirugía reciente, debe tener en cuenta que actividades como bucear o escalar pueden predisponer a algunas complicaciones".
Viajeros con VIH necesitan garantizar su tratamiento antes de partir, o si tienen antecedentes neuropsiquiátricos como epilepsia, o trastornos del sueño, deben estar medicados con antidepresivos.
“Todo ello se debe tomar en cuenta para que no haya problemas al traspasar las fronteras internacionales”, alertó Baruch Díaz.
A quienes viajan a América del Sur, África subsahariana y sitios rurales de Asia-Pacífico, el dengue y la malaria son un riesgo.
“En verano comienza el monzón... y son frecuentes los padecimientos transmitidos por mosquitos, así como el cólera. En Europa, en el Mediterráneo, son comunes las afecciones gastrointestinales y el dengue”, expuso el experto.
Para prevenir enfermar durante un viaje, se recomienda:
- Para prevenir enfermedades adquiridas por picaduras, como dengue, malaria, zica o chikunguña, es aconsejable el uso adecuado de repelentes especializados, con concentraciones entre 20 y 30 por ciento del ingrediente activo llamado picaridina.
- En algunos aeropuertos, las autoridades sanitarias tienen módulos para inmunizar a los viajeros contra la fiebre amarilla, en caso de destinos a Sudamérica o África, o la de hepatitis B (enfermedad de transmisión sexual hasta mil veces más contagiosa que el VIH) para jóvenes que hacen viajes de placer o de “mochilazo”.
- Un botiquín para viaje (internacional) debe incluir un antiinflamatorio potente para dolor cabeza, golpes o caídas; medicamentos para fiebre e infecciones gastrointestinales (diarrea); un antiséptico tópico o desinfectante de heridas con procicatrizantes; una venda de 10 centímetros de grosor que sirva para tobillo, muñeca o brazo. También, gotas oftálmicas o lagrimas artificiales; si hay una travesía en barco, un medicamento contra el mareo; otro contra reflujo y gastritis, en caso de visitar sitios con alimentos muy condimentados; repelente de insectos y bloqueador solar.